lunes, 24 de octubre de 2011

Innovación en Peluquerías: del tren de lavado al servicio individual.

En el sector de las peluquerías este ha sido el año de la keratina. Ha sido el tratamiento que ha vuelto locas a todas las mujeres. A pesar de su alto precio, de la polémica en torno a la toxicidad del formal que contiene y de las 2 horas que se necesitan como mínimo para aplicarlo. Pero los increíbles resultados en alisado del cabello iban de boca en boca y a pesar de la crisis, se hacían tratamientos de keratina como churros. Todo el sector ha ganado mucho dinero con este producto. Como consecuencia ahora sufrimos una avalancha de nuevos tratamientos desarrollados a toda velocidad y lanzados al mercado de cualquier manera, la mayoría poco y mal comunicados, sin referencias de eficacia y lógicamente con resultados de ventas mediocres. Me imagino la desesperación de todo un sector que creía haber encontrado la gallina de los huevos de oro en esto de los tratamientos de salón y que vuelve a estar como al principio.
En el primer trimestre del año, hice un plan estratégico para una cadena de peluquerías. Aprendimos que prácticamente todas las novedades se basaban en añadir algo al salón o al servicio ajeno a la esencia de los mismos (cuidado y estética del cabello). Una nueva imagen, servicio de bar, de restaurante, música en directo, exposiciones artísticas, etc. No había ningún concepto que explotase los insights de la consumidora para mejorar este servicio, y lo más novedoso y rentable se daba en los tratamientos de salón, aunque sin exclusividad posible.

Así, cuando lo que más fideliza a la clienta es el servicio y el trato que recibe, por encima de la calidad del corte, de la rapidez y el precio, no hay grandes ideas en este sentido. O eso creía yo hasta ayer. Básicamente las peluquerías son una cadena de producción, donde en la primera estación te preguntan que quieres, en la segunda te lavan, en la tercera te cortan, en la cuarta te secan y en la quinta te cobran y despiden. Da igual si son peluquerías de lujo o de barrio, todas se estructuran como una cadena de producción y en todas tienes las sensación de estar en un tren de lavado automático.




Hair Lounge es la primera peluquería que no hace esto. Han cambiado uno de los aparentemente inamovibles paradigmas del sector. No son un tren de lavado. Ofrecen un servicio en cabinas individualizadas donde eres atendido por un sólo estilista. Las cabinas son un espacio íntimo y personal, decorado como si se tratara de una sala de estar. Con todas las comodidades: wifi, televisión, música, revistas, carta de bebidas gratuita, etc. Realmente consiguen un servicio de calidad, una sensación de exclusividad, mimo y atención únicos. Además, la calidad del servicio de corte, de color y de los productos que utilizan, es muy buena y el precio no es bajo, pero si razonable. La verdad es que consiguen que tengas ganas de volver.

La gente de Hair Lounge han conseguido añadir un gran valor a su servicio sin tener que subir el precio de forma absurda. El sueño de cualquier innovador. Y como consecuencia tienen bastante clientela mientras que el resto de peluquerías del barrio están más bien vacías.

http://www.hair-lounge.es/










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